viernes, 8 de octubre de 2010

Aprender periodismo haciendo periodismo

El periodismo es una profesiòn tan dificil de explicar su significado como de enseñar a desempeñarlo. Sabido es que tiempos atràs no existìa ninguna "escuela" para formar a quienes desearan trabajar en un medio y por esto, la gran mayorìa de quienes hoy vemos y alabamos en las distintas transmisoras no tienen un "titulo" en comùn. ¿Esto los hace menos creìbles o sensatos? Yo creo que no, y en tal caso, desde que el periodismo es periodismo hasta hace apenas unos años, quizàs dos dècadas, quienes hicieron llegar las noticias al pùblico lo hicieron ganando experiencia en la calle.

Hoy por hoy, tras en afàn que genera esta profesiòn en los jòvenes y tambièn debido a que es una carrera que està de moda, la cantidad de "cursos" e intentos de institutos que pretenden enseñar son innumerables. Parece que es tan simple como juntar a un par de figuritas que aparezcan en la televisiòn o se hagan escuchar por el èter como para formar un "equipo de profesores" que prediquen a las nuevas generaciones de periodistas o de futuros comunicadores. La verdad, o mejor dicho, mi verdad, debido a la experiencia que generè en los ùltimos años cursando este tipo de talleres, es que la responsabilidad que tienen estas personas dista muchìsimo de una docencia. Si para ser maestro o profesor de alguna materia especìfica se necesitan por lo menos 3 años de estudio y decenas de exàmenes, etc. ¿por què para enseñar a quienes pretenden ser el vehìculo entre la informaciòn y el pùblico se tiene que fumar a que simples "caras famosas" les diga que hay que hacer para ser un "buen periodista"? Es nefasto y terrible la liviandad que tienen estos señores al tomar la responsabilidad de explicarles a ingenuas personas què y còmo se debe actuar.

El periodismo es un trabajo muy importante en una sociedad y merece tener un nivel compromiso adecuado.

Hay cursos de periodismo que tienen enormes grados de mala praxis. Y quiero decirlo.

sábado, 5 de junio de 2010

Los años no vienen solos


Está claro que hacer humor es muy dificil, sobre todo cuando uno depende de otros para que el producto salga bien. El "hacer reir" es un arte que pocos manejan a la perfección y son menos los que lo mantienen en el tiempo. A estos últimos, como a los músicos, se los recordará siempre. Pero la gran virtud de todo artista, y por que no, ser humano, será eternamente saber hasta donde ir. En todos los órdenes de la vida, uno tiene que tener en claro su potencial y sus limitaciones. Es por eso que si bien hay seres que generan tal idolatría que, digan lo que digan, sus palabras serán tomadas como leyes, la gente no es tonta, y entiende que también es hora de guardar al ídolo en el mejor de los recuerdos.

Nadie discutirá jamás ( y si lo hace yo seré el primero en reprocharselo ) lo que fue el Dr. Tangalanga para el humor Rioplatense. Sin embargo, hoy, a sus 94 años, el hombre que hizo enloquecer a cientos de personas con sus llamados telefónicos, sigue dando shows y dejandonos decir a muchos " Yo ví a Tangalanga en vivo ". Con una rara sensación, lo que algunos llaman; "sentimientos encontrados" me despedí del teatro luego de una hora y media de escucharlo. Reconocí una bipolaridad enorme entre su salud mental y física. Y lamentablemente, una cosa, tira de la otra, y si bien sigue siendo un hombre de rauda respuesta, el no escuchar con claridad, le juega una mala pasada.

Seguiré sacandome el sombrero eternamente con este señor. Pero sí creo, que por su bien, es hora de disfrutar de su nombre, de su trayectoria y de los incondicionales seguidores, pero dejando el teléfono de lado y recordando lo importante que fue, es y será para todos nosotros.

Es necesario conocer el final de un camino sin jamás volver sobre sus pasos.

Y quiero decirlo...